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Tuesday, June 07, 2011

La Formacion de un Adorador. Parte 2


Estoy escribiendo este mensaje hoy para todos aquellos que estén enfrentando el tiempo más difícil de sus vidas. Es para aquellos que describirían su prueba como una noche oscura y tormentosa. Estas en medio de un tiempo de prueba severa. De hecho, tu prueba puede ser tan imposible, que requiere una intervención milagrosa de Dios.
Quiero mostrarte de la Escritura que Dios quiere que salgas de tu tormenta como un adorador. Él ha hecho un camino para ti en tu noche oscura. Y él tiene un plan para sacarte como un ejemplo brillante al mundo de su fidelidad a su pueblo.


El Señor puso a Israel en su situación imposible por dos razones.
La Escritura nos dice que Dios mismo orquestó esta noche oscura y tormentosa para su pueblo. Primero, fue Dios quien los guió al valle cerca del mar: "Hablo Jehová a Moisés, diciendo: Di a los hijos de Israel..... acampareis junto al mar..." (Éxodo 14:1-2). Fue también Dios quien endureció el corazón de Faraón contra Israel: "Yo endureceré el corazón del faraón, para que los siga;" (14:4). ¿Por qué Dios haría esto?


Primero el Señor nos dice, "seré glorificado en el faraón y en todo su ejército, y sabrán los egipcios que yo soy Jehová" (14:4). Segundo, Dios deseaba que su pueblo entrara a su próximo viaje por el desierto como adoradores. Por esa razón era importante que ellos salieran del Mar Rojo con adoración en sus corazones. Dios no deseaba murmuradores y quejumbrosos, sino verdaderos adoradores. Él había designado a Israel como su herencia, el pueblo que representara su propósito eterno en la tierra. Por lo tanto, debían ser ejemplos vivientes de su fidelidad hacia su pueblo en sus más penosos tiempos.


Aquí esta la escena: Israel estaba ahora acampado junto al mar. El pueblo había levantado sus tiendas y estaban regocijándose en su nueva hallada libertad. Después de cuatrocientos años de esclavitud, Dios los había guiado fuera del horno de hierro de Egipto. Y ahora ellos se gozaban con el primer sabor de libertad. Ellos estaban llenos de esperanza que trae la libertad, cantando y gritando, "No mas azotes, no mas persecución. Al fin somos libres." También estaban muy emocionados por las promesas que Dios les había dado. Él les había dicho en esencia, "Hay un nuevo día ante ustedes. Yo tengo una tierra prometida justo frente a ustedes, esperando a que ustedes entren."


Esta escena patéticamente representa al cristiano que ha sido liberado por Dios de su pecado. El creyente se regocija en su nueva hallada libertad, liberado de toda esclavitud pasada. Repentinamente, él esta viviendo en un maravilloso tiempo de salvación y liberación. Y él tiene una melodía santa en su corazón, porque él esta viviendo en las promesas de Dios.


Esa fue la condición de Israel mientras acampo junto al mar. El pueblo entendió que Dios estaba cumpliendo todas sus palabras para ellos. Él los había escogido para que fueran su herencia, y ahora él los estaba atrayendo nuevamente a sí mismo. Ellos estaban apunto de convertirse en adoradores, cuyo testimonio serviría como una luz brillante y resplandeciente al mundo.

El aviso vino repentina e inesperadamente: "¡Los egipcios están aquí¡ El ejército de Faraón esta tronando hacia nosotros." Esto envió ráfagas de sorpresa a través del campamento. Los lideres de Israel, corrieron a una ribera cercana,, donde ellos vieron grandes nubes de polvo elevándose de la masiva marcha abajo. Cientos de jinetes y caballos estaban acercándose, seguidos por legiones de infantería. La tierra se sacudió por el poderoso estruendo de 900 carros de acero.


Que terrible espectáculo. Esto hizo estallar toda esperanza en el campamento: "Los hijos de Israel alzaron sus ojos, y he aquí que los egipcios venían tras ellos; por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera"(14:10).


Yo me pregunto, ¿Cuántos cristianos han enfrentado esta clase de terror, en el mismo pináculo de su paz? Mi familia y yo con toda seguridad lo hemos experimentado. Recuerdo la llamada chocante que vino una noche mientras a mi esposa se le dijo, "Tu hermano ha muerto. Él tuvo un repentino ataque al corazón." O la terrible llamada que recibimos acerca de nuestra preciosa nieta: "Tiffany tiene un tumor cerebral." Pienso en las llamadas chocantes recibidas por muchos otros en nuestra iglesia: "La protuberancia que usted tiene es maligna. Por favor venga a la oficina del doctor inmediatamente."


Este era el tipo de llamado repentino y chocante que recibió Israel. La Escritura registra la reacción del pueblo: "(Ellos) Alzaron sus ojos, y he aquí los egipcios... por lo que los hijos de Israel temieron en gran manera." (14:10). El pueblo de Dios enfoco su atención en la aterradora situación en la cual estaban. Y su grito fue, "Estamos sin esperanza. Estamos atrapados. Todos vamos a morir."


Lo que ellos hicieron después nos dice todo acerca del status de Israel como adoradores: "Clamaron a Jehová" (14:10). No se confunda: Este no era un clamor de adoración. El clamor del pueblo fue ¿Por qué has permitido esto Dios? Después de todos estos años de esclavitud, tu nos liberaste. Pero, ¿para qué? ¿Para morir en las manos de Faraón? Después de todo nuestro dolor y sufrimiento, ¿es aquí donde terminamos?


"Tu nos llenaste de esperanza, tu nos libraste, tu nos diste grandes promesas. Sin embargo, cuando obedecemos tu Palabra, tu permitiste que el enemigo viniera sobre nosotros. ¿Por qué has tratado con nosotros de esta manera? Era mejor para nosotros en Egipto. Si esto es como todo termina, entonces no vale la pena servirte."
¿Alguna vez te has sentido de esta manera? ¿Sonabas así en tu hora terrible? ¿Se levanto la amargura en ti? Clamaste como Israel lo hizo, "¿Qué hice yo para merecer esto? Decidí amarte, Dios. He hecho mi mejor esfuerzo para seguir tu Palabra y servirte. ¿Por qué me tratas de esa manera? Todo lo que veo es mas es dolor ante mí."

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